miércoles, 16 de enero de 2013

EDUCAR CON ARTE

La educación se convierte en devoción cuando quien la imparte, la adopta como filosofía de vida.

Educar tiene que ver con comunicar y saber escuchar. Las palabras por si mismas no son suficientes para entender a alguien. Detrás de cada frase hay un sentimiento, una razón oculta, un sueño intentando ser revelado.

Hablando de arte... Hoy, el día no pintaba un lienzo soleado.Más bien sus trazos eran desapacibles. Aún así tenia una cita con el arte.
Un grupo de niños entre 5 y 6 años, su profesora y yo misma, salíamos por la mañana con destino al museo Thyssen Bornemisza de Madrid.
Los niños, algo impacientes, entraban en el autobús que nos aguardaba a las puertas del colegio...Entre risas y algún que otro tirón, llegaba a mi mente la infancia que recuerdan mis sentidos.
Entre canciones, preguntas y palmas, llegábamos a nuestro destino...Chispeaba ligeramente y las capuchas de los pequeños han sido la nota de color durante nuestro singular desfile, en dirección a la exposición.
Una vez en las instalaciones...miradas de interés, ruegos, risas y una pizca de aburrimiento durante los minutos de espera.
¡De pronto aparece Eva!.. una mujer joven y firme que tras saludar atentamente al grupo, revela el destino que nos aguarda...A fila de a dos, tomamos los pasillos y como atraídos por un pasadizo secreto, el arte sale a nuestro encuentro, susurrando melodías de color.

Durante el recorrido, los pequeños exploradores descifran letras y los trazos que las unen.Acariciar lo novedoso con ojos inquietos es un juego que esconde adivinanzas, estimulación mental y sinceridad.

Al finalizar el trayecto, cada niño descubre su talento. Un taller manual les pone en contacto con su pasión de artistas y con total devoción imprimen sus obras. Parecia como si el mismísimo Miguel Ängel observara cada detalle desde una distancia prudente...
Tal vez, recordando que a esa misma edad ya sus garabatos eran obras de arte...

¡Sin duda el artista nace, recuerda y se hace!