sábado, 8 de junio de 2013

CRUZAR EL PUENTE

Son muchos los días que llevo sin escribir palabra alguna y no doy mayor importancia que la que requiere el asunto.
Tenemos tantas cosas en la cabeza que aquello que requiere nuestra verdadera atención pasa irremediablemente a un segundo plano.

Voy sumando horas dedicadas a pensar en lo poco que reflexiona el ser humano actual.
Tanta innovación y tantos recursos aletargan nuestros sentidos, llevándonos sin remedio al consumismo.
Rellenamos nuestros vacíos satisfaciendo los instintos...Si nos sentimos solos atracamos la nevera, si nos agobia nuestra historia personal nos damos una paliza en el gimnasio, si odiamos a alguien lo juzgamos y evitamos...
La infelicidad nos aleja poco a poco de nuestra verdadera identidad.

¡Cuidado!
Las gratificaciones y placeres carentes de fondo no siempre darán resultado.

Llega un día en el que se nos plantea el reto más importante de nuestras vidas.
Cuando los recursos ya escasean, aparece una nueva programación...
Es como si de la noche a la mañana se levantara ante nosotros un puente inmenso.

Yo vi ese puente hace muchos años pero no me atreví a cruzarlo porque tenia miedo a las alturas.
Me preguntaba una y otra vez;
¿Y si no llevo suficiente agua para el viaje y muero de sed?
¿Y si algún animal feroz intenta atacarme?
¿Y si me echan de menos en casa?
¿Y si mi móvil se queda sin batería... Y si no tengo Internet...Y si no consigo agua caliente y una cama cómoda...?
Y si...Y si...Y si...

Una voz en mi cabeza gritó;
¡BASTA!
Eres insoportable, malcriada y cobarde...
Nadie te pregunta si quieres cruzar al otro lado.
El puente te exige un cambio y debes acelerar tu paso o serás pasto de un mundo sin sentido...
No estás viviendo tu propia vida; 
¿No te das cuenta que estas satisfaciendo los caprichos de personas que en el fondo tan solo se sienten complacidas cuando el resto baila al son que ellos tocan?

Menuda reprimenda...Me quedé de piedra. Yo  pensaba que era feliz y vi claro que no queriendo disgustar a los demás estaba desperdiciando mis propias ilusiones.

Muy pronto tomé la decisión...
Me acerqué al puente sin equipaje alguno, me agarre con fuerza a la barandilla, adelante mi pie derecho y rápidamente avanzó el izquierdo. Cerré los ojos y respiré profundamente.
Me asustaba el hecho de perder todo lo que tenía, de adentrarme en lo desconocido.
Refunfuñé un segundo...
Que me llamaran malcriada ya era demasiado...¡Soy una mujer de retos!
Con los ojos aún cerrados noté un viento fresco que soplaba y balanceaba el puente sobre el que me encontraba...No quise mirar bajo mis pies....
Entonces...alguien me zarandeó y escuché...¡MAMÁ!

Recuperé la visión abriendo los ojos como platos...
Había cruzado al otro lado sin esfuerzo alguno...
Te preguntarás como supe que había llegado...Es algo que se sabe.

Mi hija me estaba observando con la curiosidad y la energía de un ser de 5 años:
Tomó mi mano y preguntó;
-Mami ¿la magia existe?
La abracé con fuerza y respondí;
-Si, mi amor. ¡La magia está en ti!